Alopecia Areata


Se trata de un tipo de alopecia que se manifiesta en forma de “claros” o “parches” en el cuero cabelludo, pero puede atacar también otras partes del cuerpo como la barba, los brazos, las piernas y las cejas. Hablaremos aquí específicamente de la alopecia areata que ataca al cuero cabelludo.

Exceptuando la caída pronunciada del cabello, no suelen aparecer otros síntomas de esta enfermedad. Sin embargo, puede haber casos en donde se acompañe con irritación, picazón y ardor.

El inicio de esta enfermedad es con la aparición repentina de uno o dos claros circulares en el cuero cabelludo, ocasionalmente de color rojizo.

Hay ciertos casos en donde la situación puede ser peor aún, provocando que se pierda el cabello por completo y de manera súbita –alopecia total– o que se pierda el vello del cuerpo en su totalidad –alopecia universal–.

Poseemos en nuestro cuero cabelludo cerca de ciento cincuenta mil cabellos. Hablamos ya de alopecia cuando perdemos una cuarta parte de esa cantidad. Una de cada cinco personas que padecen de esta enfermedad tiene en su familia antecedentes de alopecia.

La alopecia areata puede presentarse en niños, hombres y mujeres, es una enfermedad que compromete los folículos del cabello porque ataca desde la raíz.

El cuero cabelludo de las personas que sufren de alopecia areata, da el aspecto de alguien a quien le hubiesen arrancado mechones enteros de cabello, dejando agujeros totalmente despoblados de pelos en diferentes zonas de la cabeza.

Cuando las cosas suceden de manera normal, el sistema inmunitario protege al organismo contra los factores nocivos, como son las enfermedades e infecciones.

A partir del momento en que surge una enfermedad autoinmune, se producen errores que generan que el sistema inmunitario ataque zonas del organismo que están sanas. En nuestro ejemplo de la alopecia areata, la zona atacada son los folículos de los cabellos.

Aunque no se conoce con exactitud qué es lo que genera esta enfermedad, sí se sabe que es necesario para tener alopecia areata de una predisposición genética, que existen elementos que pueden desencadenar la enfermedad, pero que para ello es necesario el factor hereditario

Factores desencadenantes

– Infecciones diversas.

– Dietas desequilibradas.

– Tratamientos en curso con quimioterapia.

– Situaciones de estrés.

– Enfermedades de la tiroides.

– Ingestión exagerada de vitamina A.

– Sífilis.

– Los medicamentos contra el colesterol.

En las mujeres, sus causas suelen ser:

– Debido a la caída en la producción hormonal en la fase de la menopausia..

– El hábito de utilizar en la cabeza hebillas que tironean el cabello y que debilitan los folículos.

– Como consecuencia de un parto con complicaciones.

– Luego de un aborto vivido traumáticamente.



Tratamientos para la Alopecia Areata

Sabemos que no existen recetas mágicas para curar la alopecia areata. Apenas una serie de tratamientos posibles que ayudan a neutralizar en parte los efectos no deseados de la caída del cabello.

Entre ellos tenemos a los medicamentos que son los más renombrados y en donde existe una razonable eficacia ya comprobada, por lo cual se vuelven especialmente recomendables:
Finasteride, de uso oral y Minoxidil, de uso tópico.

Ambos han demostrado su virtud en frenar la caída del cabello y en hacerla mucho más lenta.

De todos modos, tampoco podemos asegurar que estos fármacos, siendo los más efectivos que se conocen hasta el presente, alcancen en la lucha contra la calvicie.

Por otro lado, tenemos otros tratamientos que muchas personas experimentan con mayor y menor resultado, pero que no parecen alcanzar tanta eficacia como los mencionados anteriormente.

Ellos son:

– El uso de pelucas y cosméticos capilares (soluciones puramente de camuflaje)

– La Inmunoterapia tópica/

– Los esteroides mediante inyecciones/

– Los corticoesteroides en su uso tópico/

– Las terapias con laser.
La alopecia areata tiene su basamento principal en la genética, en la transmisión hereditaria, de manera que, siendo una afección que no se cura definitivamente con nada, solamente podemos recurrir a algunos tratamientos que amortiguan de modo bastante eficaz sus consecuencias.

La consulta a un dermatólogo que siempre sugeriremos, servirá de manera fundamental para saber cuál es la solución más adecuada para el caso particular de cada uno.

 

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