A diferencia de otras alopecias, la universal se distingue porque ataca absolutamente todos los pelos del cuerpo, incluyendo vello, cejas, pestañas, cuero cabelludo, y todo lugar donde exista pelo, sin excepciones.
Si bien a veces se la llama también alopecia total, existe una diferencia entre ambas: la alopecia total ataca específicamente al cabello (pelo del cuero cabelludo) mientras que la alopecia universal ataca –como dijimos- el pelo de todo el cuerpo incluyendo por supuesto el cabello.
Es una enfermedad que padecen tanto hombres como mujeres de todas las edades –aunque prioritariamente a los hombres.
El cuero cabelludo genera cabello de manera incesante cuando se dan las condiciones normales, pero cuando existe alopecia universal o total el cabello padece una marcada disminución en su producción.
De este modo, puede decirse que los folículos capilares se mantienen en estado de «latencia» o «hibernación» por debajo de la piel hasta que las condiciones vuelvan a resultar adecuadas para su producción y crecimiento.
La causa y sus desencadenantes
La caída del cabello que puede observarse en la alopecia universal, dicen los especialistas, es consecuencia de que los folículos pilosos son atacados de manera agresiva por las mismas células del sistema inmunológico, que habitualmente tienen la función de actuar como defensa contra las enfermedades e infecciones que atacan al organismo.
La manera en que se manifiesta la alopecia universal tiene que ver con algunos factores desencadenantes específicos que detallamos a continuación:
– Problemas del metabolismo
– Diversos tipos de alergias
– Incidencia de factores genéticos.
– Problemas psicológicos y psiquiátricos.
– Dificultades endócrinas, como consecuencia del uso de determinados productos químicos.
– Problemas neoplásticos.
Diagnóstico de Alopecia Universal
Hay que considerar que los factores mencionados no son los únicos motivos que generen este tipo de alopecia, hay otros que también podrían propiciarla y para estar seguros de esas causas es indispensable realizar consultas con un profesional que sepa identificar la raíz específica de la enfermedad mediante estudios médicos pormenorizados.
Es por ese motivo que, frente al surgimiento de los signos iniciales de la enfermedad, sugerimos firmemente recurrir al especialista para que señale el camino terapéutico más apropiado en su caso.
Las recetas y los diagnósticos «hechos en casa» son poco recomendables y, a veces, la idea que nos hacemos de las afecciones que padecemos son mucho peores que lo que finalmente el médico con su saber más preciso nos puede aportar.
Basándonos en los datos proporcionados por el COMP -Comité de Medicamentos Huérfanos– en la Unión Europea, cuando se produjo la designación del nombre de la alopecia universal, un promedio de 2.5 personas sobre 10 mil padecían de esta enfermedad. Dato que señala que en España, por ejemplo, existen unas 15 mil personas afectadas por esta patología.
El impacto psicológico
Aunque esta clase de alopecia total no suele ser frecuente, son evidentes los trastornos y el malestar que una afección con tales características puede ocasionar en quien súbitamente la padece.
Cualquier persona que la sufriera está expuesta a estados de ánimo de ansiedad, tristeza, angustia y desesperanza, y esto se ve agudizado aún más en el caso de mujeres y niños.
Debido al efecto de trauma que genera en la persona por la repentina pérdida total del pelo y por la sensación de «irreversible», es normal en esos casos particulares recurrir a ayuda psicológica o psiquiátrica que sirvan para aminorar el impacto provocado por una situación difícil, pero que puede revertirse.
Tratamiento de la alopecia universal
No existe un tratamiento definitivo para esta enfermedad. No se ha encontrado ni la medicina ni la terapéutica que la cure de manera total, pero al menos hay algunos recursos que pueden favorecer el nuevo crecimiento de cabello y situaciones adversas que estamos en condiciones de neutralizar.
Sea cual sea el tipo de alopecia del que estemos hablando, en cualquiera de sus variantes, los folículos pilosos siguen viviendo, aunque fuera de nuestra visión, debajo de la piel y en muchos casos y con diferentes procedimientos, podemos lograr que vuelva a crecernos el cabello.
Algunos de esos tratamientos pueden ser:
– Tratamiento con luz ultravioleta.
– Minoxidil.
– Finasteride.
– Aplicación tópica de corticoesteroides.
– Esteroides inyectables.
Si bien la alopecia total suele causar un fuerte impacto en quienes la sufren, con sus consecuencias psicológicas de fuerte impacto en ciertos casos, lo rescatable es que existen soluciones para abordarla y que el paciente se puede recuperar.
Es absolutamente indispensable la consulta a un profesional que haga un diagnóstico correcto y, en lo emocional, se sugiere no descartar la ayuda de un especialista.