Clonación Capilar

Clonacion Capilar
Aunque es natural que las personas reaccionen con entusiasmo delante de la aparición de una novedad concerniente a probables soluciones a la caída del cabello, siempre es bueno ser prudentes y esperar hasta entender con mayor profundidad los verdaderos alcances de esos nuevos descubrimientos.

El altísimo porcentaje de personas que padecen de alopecia y la gran ansiedad por resolver de manera definitiva este problema provocan que cualquier aparición «prometedora» esté cargada de una enorme expectativa que, la mayoría de las veces, se ve defraudada.

Lo cierto es que en esto tiene mucho que ver, por un lado, la falta de escrúpulos y el desinterés por el usuario con que se manejan los que promocionan y venden esos productos o técnicas para combatir la calvicie, sabiendo perfectamente de las necesidades de la gente y especulando con esa demanda aún no satisfecha, por los que todavía hoy solo son resultados parciales.

Y, por otro lado, la liviandad con que en muchas oportunidades se manejan las personas que padecen la caída del cabello y que, en el afán por encontrar una solución «de una vez y para siempre» se entregan y se exponen a todo tipo de recursos que se ofrecen en el mercado, la mayoría de las veces, buscados de ese modo, de escasa eficacia.

 

Informarse

Nosotros solamente podemos sugerir, a cualquier persona que quiera empezar con un tratamiento, o antes de ingerir algún medicamento contra la alopecia, que esta persona se informe a fondo, que recabe datos, que profundice sus conocimientos en el tema.

Es que, sucede muchas veces, de esta manera puede evitarse dar innecesariamente pasos en falso en relación a fármacos o procedimientos de recuperación capilar que largamente han sido reconocidos como inútiles o ineficaces.

A la ansiedad inicial hay que ponerle un freno, luego hay que informarse, y finalmente queda valerse en el mercado de las escasas pero existentes posibilidades que nos permiten luchar contra la caída del cabello.

Algunas simples lecturas acerca del tema son válidas, puesto que con muy poco podemos ahorrarnos tiempo, mucho dinero y formarnos una verdadera dimensión de la dificultad de nuestro problema.

De ese modo evitaremos expectativas que no deben existir y actuaremos rápidamente usando lo que sí nos sirve.

Habiendo hecho estas salvedades, pasemos ahora al tema de la clonación capilar.

 

¿Qué es la clonación capilar?

Se afirma que este método novedoso está estudiándose en el presente en diversos lugares del mundo y que en un futuro cercano estaría en condiciones de ser utilizado en seres humanos. Se trata de las ya conocidas técnicas que utiliza la clonación.

Por lo tanto, se realizan los pasos siguientes: consiste en extraer como muestra un número pequeño –unos cien- de células capilares de la parte posterior de la cabeza que no hayan sido dañadas, de manera de reproducirlas en cantidad en un laboratorio.

Posteriormente se las reinjerta en las partes del cuero cabelludo que han sido alcanzadas por la caída del cabello y en donde folículos nuevos son estimulados para su crecimiento, además de darles renovado impulso a los folículos que han dejado de generar cabello.

La capacidad regenerativa de las células capilares es lo que hace diferente a la clonación capilar con respecto a otros métodos utilizados para luchar contra la alopecia.

Mediante esta técnica se pueden congelar las células con folículo capilar y hacer uso de ellas para cuando una persona afectada de alopecia observa que nuevamente el cabello se le cae de alguna zona del cuero cabelludo.

Si las cosas anduvieran realmente de manera favorable esto se trataría de una muy buena reserva de cabellos como cultivo in vitro susceptibles de ser utilizado por el cirujano cada vez que fuera necesario en el paciente.

El hecho de extraerse las muestras de cabello para su clonación de las zonas fuertes, es decir, de los lugares de la cabeza en donde no existe una predisposición genética a la alopecia, hablan de una cierta seguridad a futuro, puesto que se supone que el cabello así cultivado tiene muchas más posibilidades de crecer y reproducirse sano.

 

Aún sin garantías

Todavía no hay manera de hablar tan abiertamente de la clonación capilar como un recurso probado y para el que se hayan realizado tests definitivos en demostrar su eficacia en seres humanos.

El apuro de los afectados por alopecia hace que en los «centros de rehabilitación capilar» saquen partido de esas urgencias y, haciendo creer a los usuarios que se utiliza la técnica de clonación capilar, se estén utilizando en realidad otros métodos que ya llevan años en el mercado, como son el injerto y el microinjerto.

Sabemos que cuando hablamos de injerto capilar estamos refiriéndonos a una técnica en la que se trata de extraer cabellos de alguna parte del cuero cabelludo y transferirlo, trasplantarlo a la región más despoblada de cabellos.

Este es un recurso harto conocido.

Evidentemente, este método no tiene nada que ver con la clonación, puesto que no se trata de cabello clonado sino injertado.

Pero algunas similitudes de las técnicas es lo que permite que ciertas personas sean engañadas.

En la actualidad no hay realmente un lugar en donde se esté realizando la clonación capilar de manera oficial.

No estamos desmereciendo esos otros recursos que nombramos contra la caída del cabello -de hecho hay gente a la que le ha dado muy buenos resultados- simplemente alertamos acerca de situaciones que en reiteradas ocasiones se vuelven a ver entre los que buscan una solución para su problema: que les venden una cosa por otra, que las promesas no se cumplen, que los estafan sin vueltas.

 
Si bien la técnica de clonación capilar aparece como un procedimiento novedoso y con resultados auspiciosos de laboratorio, tanto con ratones y ya también en pruebas con seres humanos, no hay al día de hoy una confirmación de que la implementación de esta técnica sea viable.

Aunque en su descripción este método pueda dar la idea de un verdadero y notable avance científico para los problemas capilares y con apariencia de «solución definitiva», no existe en el presente la suficiente experiencia en seres humanos que permita considerarlo como recurso «probado».

De manera que no sugerimos exponerse a ningún tipo de prueba de este estilo hasta que los organismos y los procedimientos encargados de aprobarla no hayan dado su veredicto definitivo en su favor.

 

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