Mitos sobre el Cabello

Mitos sobre el cabello
Se dicen muchas cosas acerca del cabello.

Se habla entre amigas, se habla en la peluquería, se escuchan comentarios al pasar,
se dice que «la abuela decía», se dice «lo leí en una revista», se dice también «alguien que sabe me dijo», etc.

Se habla mucho del tema, y en ese mar de habladurías y «saberes populares» siempre existen cosas que crecieron como un mito
-historias que se construyen con el paso del tiempo, en algunos casos impregnadas de argumentos aparentemente ciertos-
pero que finalmente carecen por completo de asidero.

Sin embargo, existen otras cosas que forman parte de ese mismo caudal de información, pero se basan en verdades útiles a tener en cuenta.

¿Cómo distinguir lo cierto de un mito?

Antes que nada, lo mejor es consultar a un profesional que pueda técnica y fácticamente ofrecer las respuestas adecuadas a las dudas
y así evitarnos estar viviendo con miedo o preocupación de cosas falsas.

Además, que esa consulta nos sirva para ocuparnos de lo que sí daña realmente el cabello y poder de ese modo tener en cuenta qué precauciones tomar.

Algunos de los mitos que más se mencionan acerca del cabello

    1. Que es bueno, antes de ir a dormir, cepillar cien veces el cabello para limpiar la suciedad, para que el pelo quede más brillante,
      para estimular la irrigación en el cuero cabelludo y para distribuir mejor la grasitud.
      Esto no sólo no está comprobado sino que al cepillarlo esa cantidad insólita de veces, probablemente arranquemos de forma involuntaria gran cantidad de cabellos. En vez de estimular la irrigación, causa maltrato, sarpullido, enrojecimiento, y hasta florcilla.
      Para lograr el efecto buscado, basta con unos pocos cepillados y con
      champús y cremas de enjuague adecuadas al cabello de cada uno.

 

    1. Se suele decir que el cabello se daña si se lo cepilla estando húmedo o mojado, y esto sí que tiene fundamento.
      Cuando el cabello está húmedo, las fibras capilares están más expuestas y son más frágiles, de modo que las hebras del pelo pueden volverse quebradizas y caer.
      Para que esto no suceda, se recomienda la utilización de peines gruesos y dientes separados para desenredarlo luego de cada lavado y secado.

 

    1. Algo muy difundido y que algunos toman como un mito, cuando en realidad no lo es, es el que dice que colocar cerveza sobre el cuero cabelludo y luego ponerse al sol genera reflejos naturales y da claridad al cabello. Esto sí es verdad, y sucede porque el compuesto fundamental de la cerveza, la cebada, provoca este efecto en contacto con el sol. De todas maneras, como el cabello así queda reseco y aparece horquilla, no se recomienda como hábito el uso de este recurso.

 

    1. Tampoco es cierto aquello que se dice de las personas con cabello grasoso. No es verdad que haya que lavarlo todos los días para eliminar la grasa y de este modo impedir que se torne aún más grasoso. Esto no es cierto y muy por el contrario: justamente, lo que provoca un aumento de grasitud, es que exista una excesiva estimulación del cuero cabelludo.

 

    1. Los médicos dicen que es cierto que las mujeres embarazadas no deben incorporar al cuero cabelludo productos químicos (como algunos tipos de tinturas o lociones), porque estos podrían llegar a la sangre y resultar perjudiciales al bebé en desarrollo. En este caso, la proliferación de la creencia está muy bien fundada, dados los verdaderos riesgos que acarrea. Por lo tanto, no es un mito.

 

    1. Otra idea que corre por ahí: que cortarse el pelo al ras trae grandes beneficios, que de este modo el pelo crecerá más consistente, más saludable, con mayor grosor y en gran cantidad.
      Tampoco a esta afirmación puede atribuírsele en realidad ningún asidero. Lo cierto es que la base del cabello (la zona más próxima a los folículos) es más gruesa pero se afina yendo hacia las puntas. De ahí que dé la sensación, cuando un cabello comienza a despuntar en el cuero cabelludo, que está más grueso, pero la realidad es que crece del mismo modo y con la misma fortaleza o debilidad que tenía antes.

 

    1. Otro mito muy escuchado es que si nos arrancamos una cana, aparecerán dos. No, no hay nada que justifique esta afirmación. La realidad es que ponerse canoso es algo que responde a un proceso natural y lento (cuando no existen traumas ni situaciones extremas) que tiene que ver con la edad, que sucede mientras se envejece. La totalidad de los cabellos son iguales, en el sentido de que el bulbo o raíz de un cabello que está pigmentado no será diferente a la de un bulbo de pelo canoso.
      Para entender mejor: al cabello nuevo le lleva entre tres y cinco meses el crecimiento y un tiempo similar para que ese desarrollo pueda ser percibido. De modo que, finalmente, van a pasar unos seis meses de la vida de una persona para que ese cabello que se arrancó llegue a tener la medida que tenía cuando fue arrancado. En ese lapso de tiempo, habrá otros nuevos cabellos que serán canosos.

 

    1. También se suele decir que, en lo referente a los acondicionadores, es mayor la eficacia de estos si se los mantiene durante más tiempo en la cabeza, dejándolo actuar. Se trata de una afirmación correcta, puesto que si el acondicionador está constituido de pantenol, aminoácidos y proteínas, estos pueden ser incorporados mejor durante un lapso mayor y de esta manera el cabello se enriquecerá más y se hidratará. En definitiva, el pantenol se adhiere al cabello engrosándolo y dándole un mejor aspecto.

 

    1. Se afirma que «los productos capilares pueden generar alopecia». Los tratamientos diversos pueden ser agresivos, maltratar el estado del cabello, debilitarlo, pero no es posible que por sí mismos sean capaces de provocar calvicie (AGA), puesto que sabemos que se trata de algo más complejo, de un proceso genético. El uso de tinturas, colorantes y otros químicos pueden fragilizar el cabello, pero abolido el uso de los mismos, el cabello debería volver a crecer como de costumbre.

 

    1. Algunas personas dicen también que el cabello no debe lavarse todos los días, pero en realidad no podemos generalizar puesto que las cosas cambian de acuerdo al cabello de cada uno.No existe un modo tan fijo de establecer una frecuencia de lavados con champú pero sí es importante no dejar pasar tanto tiempo entre cada lavado,
      para evitar que el cabello se opaque y se ensucie.

      También es verdad que existen productos muy agresivos que pueden dañarlo, pero el uso frecuente de champús y acondicionadores de calidad y adaptados al cabello de cada uno, no hacen más que mejorarlo en brillo y en textura, aunque se use diariamente. A las personas que tienen pelo graso es inevitable que se laven frecuentemente con champú, y a los que tienen cabellos secos, sabemos que deberán lavárselos con menor frecuencia.

      Los dermatólogos simplemente sugieren lavar el cabello con productos de calidad cada vez que se ensucia, pero sin dar importancia a la cantidad de veces por semana.

 

    1. «Los secadores de pelo dañan el cabello». Es cierto. El uso indiscriminado del secador de pelo no es recomendable, porque el aire caliente, al ser colocado muy cerca del cabello, puede afectar y dañar las cutículas, estropeándolas en su totalidad y restándole la hidratación que el cabello normalmente necesita. En cambio, usar el secador cada tanto no afecta el cabello.

 

    1. Se afirma que «el cabello puede estropearse si se va a dormir con él mojado o húmedo». Esto es cierto, puesto que tener durante muchas horas el pelo húmedo provoca un deterioro de las escamas de las cutículas y también del cuero cabelludo.
      Lo recomendable es no adquirir el hábito de pasar demasiado tiempo con el cabello húmedo.

 
Tal como decíamos al comienzo, hay «dichos populares» que tienen más asidero que otros.

Entre los que tienen que ver con la salud capilar, existen algunos con basamento real y otros que son tan solo mitos.

Lo importante, a fin de cuentas, es estar bien informados y tomar de todo aquello que se dice, lo que verdaderamente es cierto y nos sirve para cuidar nuestro cabello.

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