Sabemos que existen factores ambientales que pueden dañar la salud de nuestro cabello, entre ellos se encuentran el sol, el agua de mar, el salitre, el viento, el cloro y la polución ambiental.
Sabemos también que es especialmente en la época del verano en donde se vuelven más exigentes los recaudos, ya que aumentan los daños que provocan los rayos ultravioletas, que alteran la queratina y degrada la melanina, volviendo muy frágil el estado del cabello, que se torna opaco y quebradizo.
Pero hay otros factores que también afectan de manera directa la salud de las fibras capilares y que tienen que ver con causas internas, por un lado, y otras causas, producidas por el ser humano mismo, de diferentes modos.
Debido a su constitución de células unidas entre sí por el cemento intercelular que interviene en la fortaleza íntima de sus fibras, el cabello es conformado, en un principio, por una materia de gran solidez y resistencia.
Pero la solidez del cabello se pierde cuando no tomamos los cuidados adecuados para neutralizar esos factores que vienen del medio ambiente y desde lo interno, que terminan por deteriorarlo.
A continuación enumeraremos un conjunto de esos factores que afectan la salud del cabello y, luego de esto, algunas sugerencias para contrarrestar estas agresiones.
Algunos fármacos pueden dañar el cabello
Ciertos medicamentos pueden tener efectos secundarios que hagan daño al cabello.
a) Las píldoras contraceptivas, que pueden llegar a provocar la caída del cabello.
b) Los antibióticos antiinflamatorios, que pueden también provocar ese mismo efecto o puede resecarlo, debido a la potencia de sus componentes.
c) La cortisona, que afecta el normal funcionamiento hormonal.
Lo mejor que puede hacerse, en estos casos de uso de medicamentos, es consultar a un médico para que determine correctamente qué debe suministrarse y cómo en cada situación particular.
La Tiroides
Cuando el funcionamiento de esta glándula no es el normal, uno de sus tantos efectos es incidir en el cabello para quitarle su buen estado.
La tiroides realiza funciones de gran importancia en el organismo, siendo, una de ellas, la de estimular a los diferentes tejidos para incrementar la cantidad de oxígeno que es usada por las células y también para la producción de proteínas.
Cuando se producen este tipo de irregularidades, no deje de consultar a su médico.
Los efectos del estrés
El estrés hace que la irrigación de sangre al cuero cabelludo disminuya y que de ese modo a los folículos pilosos ya no les lleguen aquellos nutrientes que conservan su buen estado.
El resultado de esto es la pérdida de la elasticidad y del color del cabello, el crecimiento lento, cuando no su caída.
A quien ya padece de AGA, el estrés sostenido es una mala noticia, puesto que este factor, si no se hace algo para reducirlo, puede actuar favoreciendo mucho la caída del cabello, además de generar un cabello escamoso y seco.
Cuando se habla de alopecia areata se la suele relacionar mucho con las situaciones de estrés.
A aquellas personas que quieren combatir el estrés y tener una vida con menos tensiones y, de paso, no generar situaciones que empeoren la salud del cabello, se sugiere realizar actividades físicas mediante las cuales la persona consiga descargar tensiones y energías contenidas que alivien mente y cuerpo.
La alimentación
A todo nivel son las consecuencias de una alimentación que no esté a la altura de las necesidades de nuestro organismo.
La gente suele incurrir en el error de encarar dietas por su propia cuenta, sin el asesoramiento necesario de un profesional, y el resultado de esto es que, en muchos casos, esas dietas carecen de los nutrientes que todo el organismo necesita, lo que termina provocando desórdenes y desequilibrios.
Una alimentación sana debe incluir siempre verduras, frutas, fibras, proteínas y adecuada hidratación.
En el caso de las dietas para bajar de peso, por ejemplo, existen riesgos de dañar el cabello, puesto que se organizan en torno a los hidratos de carbono – miel, lentejas, cereales, pastas, pan – lo que provoca como consecuencia una secreción de grasas que excede la capacidad de asimilación del organismo y trae como resultado seborrea en abundancia.
En otros casos para bajar de peso se corre el riesgo de padecer anemia y su consecuente caída del cabello.
La actividad de las hormonas
El cabello sufrirá cambios si existen alteraciones hormonales. Cuando la función de testículos y ovarios no es la adecuada, esto tendrá consecuencias en la salud del cabello.
Cuando se modifican las hormonas que determinan su equilibrio, los folículos pilosos no controlan normalmente la secreción de seborrea y el cabello se opaca, se reseca, se fragiliza y puede caerse.
Normalmente suele verse en el caso de las mujeres una serie de motivos que generan alteraciones hormonales que producen cambios desfavorables en el cabello. Esto sucede, por ejemplo, cuando una mujer sufre de problemas ováricos, o durante el embarazo y la lactancia o en la menopausia.
Alisados, planchados, tinturas, secados, permanentes
Todo lo que tenga que ver con la aplicación de productos químicos al cabello, si se lo hace en exceso y sin una referencia precisa de ese uso a cada tipo específico de cabello, puede derivar en resequedad, fragilidad, falta de elasticidad, cabellos quebradizos, grasitud excesiva, etc.
La aplicación exagerada de químicos, sin lugar a dudas, estropea el cabello y en muchos casos se hace difícil volver a recuperar el estado inicial.
Por eso es necesario que la persona que los utiliza consulte al profesional indicado para tener en claro qué tipo de cabello tiene y para saber cuáles son los productos que se corresponden con ese cabello en particular.
Como hemos visto, los factores que dañan el cabello pueden ser múltiples, tanto ambientales como orgánicos.
Teniendo en cuenta estas circunstancias, se sugiere informarse y considerar las soluciones que sean más aptas de acuerdo al tipo de cabello de cada uno.