Algunos direis que ya lleva algunos años sin drogarse, pero mirad este otro estudio:
Autores: Roselind Lieb y otros
Título: Mental disorders in ecstasy users: a prospective-longitudinal investigation
Fuente: Drug and Alcohol Dependence, nº 68, nº 3, págs. 195-207.
Fecha de publicación: diciembre 2002
Persona de contacto: Roselind Lieb
Tel. + 49 89 306 22241
E-mail: lieb@mpipsykl.de
Resumen: Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que el uso conti-nuado del éxtasis y de otras drogas de diseño causa graves daños cerebrales y que puede causar entre sus consumidores graves patologías mentales. Un estudio rea-lizado recientemente en Alemania cuestiona sin embargo esta visión y pone en duda que el uso éxtasis sea la causa del incremento de las enfermedades mentales detectadas entre los jóvenes, puesto que el 88% de las patologías detectadas entre consumidores de este tipo de drogas estaban presentes antes de iniciarse el con-sumo. Desde ese punto de vista, y de acuerdo con las teorías que entienden la dro-gadicción como un intento de automedicación ante problemas latentes o preexisten-tes, el consumo de este tipo de droga no sería la causa de la enfermedad mental sino, en todo caso, su consecuencia.
Nueve de cada diez consumidores de éxtasis con problemas de salud mental los padecían antes de iniciarse en el consumo
Investigadores del Instituto Max Planck y de varias universidades alemanas descubren que si bien entre los consumidores de éxta-sis la prevalencia de las enfermedades mentales es mayor que en-tre los demás jóvenes, la aparición de las patologías mentales suele ser anterior al consumo.
Los autores de la investigación analizaron durante cuatro años las pautas de consumo de drogas de diseño y la incidencia de las en-fermedades mentales entre 2.500 jóvenes alemanes.
Las personas que en la primera entrevista presentaron algún tras-torno mental terminaron consumiendo éxtasis mucho más fre-cuentemente que el resto.
Casi todas las enfermedades se presentan habitualmente antes de los primeros consumos. Otras como la ansiedad, la depresión o los trastornos alimentarios tienden sin embargo a presentarse más frecuentemente tras iniciarse el consumo habitual.
A juicio de los investigadores, hay que ser prudente a la hora de establecer relaciones causales entre consumo de éxtasis y tras-tornos mentales.
Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que el uso continuado del éxtasis y de otras drogas de diseño causa graves daños cerebrales y que puede causar entre sus consumidores graves patologías mentales. Un estudio realizado recientemente en Alemania cuestiona sin embargo esta visión y pone en duda que el uso éxtasis sea la causa del incremento de las enfermedades mentales detectadas entre los jóvenes, puesto que la práctica totalidad de las patologías detectadas entre consumidores de este tipo de drogas fueron diagnosticadas antes de iniciarse el consumo. Desde ese punto de vista, y de acuerdo con las teorías que entienden la drogadicción como un intento de automedicación ante problemas latentes o pre-existentes, el consumo de este tipo de droga no sería la causa de la enfermedad mental sino, en todo caso, su consecuencia.
Ciertamente, los estudios realizados hasta la fecha en este campo pese a sus ca-tegóricas conclusiones plantean muchas incógnitas: no suelen dejar claro por ejemplo si las enfermedades mentales detectadas son producto del consumo de éxtasis o de otras drogas que se consumen al mismo tiempo; tampoco aclaran si las drogas de síntesis son la causa de las patologías mentales detectadas o si, por el contrario, se limitan a agravar o desencadenar cuadros patológicos latentes o preexistentes. Se trata además, muy a menudo, de experimentos realizados en animales de laboratorio o en muestras muy reducidas de consumidores. Por último, cuando se analizan los efectos del consumo de éxtasis en personas determinadas, no se suele tener en cuenta ni el historial de la persona ni su evolución, limitándose a ofrecer una ‘foto fija’ de su situación y no una imagen en movimiento. Este estudio, realizado por un grupo de expertos del Instituto Max Planck y de las Universidades de Munich y Dresde, pretende cubrir este déficit de conocimiento, valiéndose de un diseño longitudinal para examinar la relación entre consumo de éxtasis y trastorno mental en una muestra representativa de más de 2.500 jóvenes de entre 14 y 24 años de edad de Munich y sus alrededores. La investigación se basó en una entrevista inicial realizada en 1995 y dos entrevistas de seguimiento realizadas a los mismos jóvenes en 1996/1997 y 1998/99 respectivamente, comprendiendo un periodo total de cuatro años.
Poliuso de drogas
Los resultados confirman por una parte los obtenidos en estudios epidemiológicos anteriores, que indicaban que el consumo de éxtasis está relativamente extendido entre los jóvenes alemanes: en el momento de la segunda entrevista, el 8,9% de los entrevistados (el 10,4% en el caso de los chicos y 7,5% entre las chicas) había consumido alguna vez éxtasis u otras drogas de diseño. Se confirma también la alta incidencia del poliuso de drogas entre los usuarios de éxtasis y derivados: el 53% de los consumidores de éxtasis presentaba dependencia a la nicotina, el 44% pre-sentaba problemas con otras sustancias ilegales y el 53% presentaba trastornos relacionados con el alcohol. También se observó un consumo excesivo de medica-mentos entre los consumidores de éxtasis, particularmente de analgésicos, sedan-tes, somníferos y otras sustancias psicotrópicas. Se puede decir, por tanto, que los consumidores de éxtasis tienden mayoritariamente a ser también consumidores problemáticos de otras drogas.
Los autores de la investigación descubrieron que los factores demográficos clase social, nivel de estudios, ocupación, etc. aparecían débilmente asociados al con-sumo de éxtasis en la entrevista inicial. Se observó como mucho cierta relación entre haber realizado estudios secundarios y un menor riesgo de consumo. Sin em-bargo, en las entrevistas de seguimiento sí se encontró una relación significativa entre consumo de éxtasis y factores como bajo nivel educativo, clase social baja o desempleo. Estos datos sugieren que si bien este tipo de situaciones no son un factor de riesgo para la iniciación, sí agravan el riesgo de convertir el uso experi-mental en uso regular. También puede entenderse, sugieren los autores del estudio, que esas situaciones de desempleo o fracaso escolar sean la consecuencia o el correlato de un consumo regular.
Relación entre éxtasis y trastornos psicológicos
Los resultados del estudio indican sin lugar a dudas una asociación significativa entre el consumo de éxtasis y los trastornos psicológicos: de hecho, se detectó al menos un trastorno mental en el 69% de los consumidores de éxtasis. Además, las probabilidades de padecer un trastorno psicológico resultaron tres veces mayores para este grupo que para los no consumidores y dos veces mayores que para los consumidores de otras drogas ilícitas diferentes del éxtasis. Entre los consumidores de éxtasis, resultaron ser particularmente frecuentes los ataques de pánico, los trastornos de ansiedad, los casos de estrés postraumático, los trastornos alimenta-rios y los casos de depresión.
Sin embargo, lejos de confirmar que el consumo de éxtasis es la causa de estos trastornos, los resultados indican que la mayoría de los problemas psicológicos aparecen antes de la iniciación en el consumo de éxtasis: en el 88,4% de los casos, la aparición de los trastornos psiquiátricos precedió al inicio en el consumo. Además, resultó que las personas que en la primera entrevista mostraron alguna patología mental tendían después mucho más frecuentemente al consumo de éxtasis que el resto de los entrevistados.
Sin embargo, no todos los trastornos obedecen a las mismas pautas: los autores observaron que entre el 55% y el 98% de las fobias (dependiendo del tipo de fobia), el 73% de los síndromes y trastornos somatoformes, el 69% de las distimias y el 63% de los trastornos de pánico y agorafobia aparecieron claramente antes del inicio en el consumo. Otras patologías, por el contrario, tienden a aparecer más a menudo una vez iniciado el consumo. En ese sentido, los casos de depresión, los trastornos alimentarios y los de ansiedad son típicamente trastornos que aparecen una vez iniciado el consumo, y podrían considerarse, por tanto, inducidos por el uso de éxta-sis.
Los investigadores concluyen que es preciso ser prudente a la hora de establecer relaciones causales entre consumo de éxtasis y patologías mentales, aun cuando las investigaciones en el campo de la neurología apunten en esa dirección. Al analizar por primera vez a gran escala la relación entre consumo de éxtasis y patologías mentales, concluyen los autores, parece demostrarse que los trastornos detectados muy importantes, en cualquier caso no son consecuencia de las drogas de diseño sino, más bien, una de las causas que llevan a su consumo y, desde ese punto de vista, un factor específico de riesgo.